Talleres de Oración y Vida

Talleres de Oración y Vida fue fundada en Santiago de Chile por el Padre Ignacio Larrañaga, un franciscano capuchino vasco, que vio la falta de un enfoque metodológico de la oración en varias comunidades eclesiales y sintió la necesidad de llevar a los fieles hacia una relación personal con Dios. Su experiencia con el primer grupo de laicos en Santiago impulsó al fundador a dedicarse a la formación de líderes (guías) de diferentes nacionalidades, para poner en marcha “talleres de oración” en diferentes países.

Talleres de Oración y Vida presta un servicio a la Iglesia proporcionando un método práctico para aprender a orar de forma ordenada, variada y gradual, desde los primeros pasos hasta la profundidad de la contemplación. Los miembros son introducidos a la vida de oración y se les ayuda a combinar la oración con la participación en actividades temporales ordinarias; reavivar su conciencia de su estatus y dignidad como cristianos bautizados, y reconocer su responsabilidad hacia la misión de la Iglesia en el mundo.

Para más información acerca de Talleres de Oración y Vida comunicarse con Maritza Herrera, 281.492.6772.

Talleres de Oración y Vida was founded in Santiago, Chile, by Father Ignacio Larrañaga, a Basque Capuchin Franciscan, who saw the lack of a methodological approach to prayer in various ecclesial communities and felt the need to lead the faithful toward a personal relationship with God. His experience with the first group of lay people in Santiago prompted the founder to devote himself to the training of leaders (guides) of different nationalities, to set in motion “prayer workshops” in different countries.

Talleres de Oración y Vida provides a service to the Church by supplying a practical method for learning to pray in an orderly, varied and gradual manner, from the first steps to the depths of contemplation. The members are introduced to the prayer life, and helped to combine prayer with engagement in ordinary temporal activities; to revive their awareness of their status and dignity as baptized Christians, and recognize their responsibility toward the mission of the Church in the world.